Tres equipos locales y otros tres elencos de distintas regiones se encontraron el pasado sábado en la “Ciudad de la Eterna Primavera” para rendir homenaje en el mes de la región. El torneo de veteranos, es decir, de jugadores mayores de 35 años, demostró que a pesar del paso del tiempo, el amor y la pasión por la ovalada se mantienen intactos.
El sábado pasado en la cancha tres del Estadio Carlos Dittborn se llevó a cabo el Encuentro de rugby classic, es decir, de rugbistas seniors. El evento, que se organizó para homenajear a la “Ciudad de la Eterna Primavera” en su mes, también sirvió para que los mayores se reunieran para disfrutar del deporte que los apasiona.
Jobs’s, Provincia 7 (ariqueños en Santiago) y Arica Classic, fueron los equipos que representaron a la ciudad del Morro; mientras que los cuadros visitantes fueron: Old Gergel de Curicó, Antapacay y Cuervos, ambos de Antofagasta. Todos, eso sí, con la idea de confraternizar, más que de competir.
“Para nuestra edad seguir jugando el deporte que nos enamoró desde niños es sumamente importante, y también porque ves que la misma gente que jugó contigo aún sigue esos mismo pasos. Si bien es cierto se vio un gran nivel de juego creo que predomina la amistad, el compañerismo que es lo que realmente el rugby nos entrega, amor por este deporte, con estos campeonatos uno piensa que este amor nunca se terminará”, explicó con entusiasmo Alejandro Tapia (44), jugador de Arica Classic, campeón del certamen.
El rugby que se juega para esta modalidad tiene distintas reglas, aunque también puede sufrir modificaciones en razón del tiempo y otras variables. Por ejemplo, el Classic ariqueño cada tiempo duró 15 minutos por lado, no hubo kicks (salvo el inicio), ni contrarucks, y las patadas sólo eran válidas para los penales.
“Algo que me gustó mucho fue que me reencontré con amigos de la universidad. Escuchar historias de los mayores, de los viejos. Muchas anécdotas. Eso es lo rico, compartir con todas las generaciones del rugby ariqueño. Es bueno para nosotros como zona extrema el crear lazos con otras regiones, para conocer su cultura rugbística, y el cariño que la gente del sur tiene por hacer sentir a los demás”, relata Jorge Castillo, rugbier de Provincia 7.
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