Dentro de las novedades que nos dejó este 2020, nos encontramos con el establecimiento de un staff de trabajo para el seleccionado femenino de Chile. Junto con ello, World Rugby y SAR comenzaron un trabajo para consolidad a entrenadoras del ámbito sudamericano. Entre ellas, Úrsula Álvarez, entrenadora de Garumas y de la selección femenina de la asociación de Antofagasta, hizo su debut al mando de un seleccionado adulto en la pasada edición del torneo Valentín Martínez, trabajando como parte del staff técnico dirigido por Edmundo Olfos, Head Coach del Seven femenino. Conversamos con ella comentando su experiencia con las Cóndores.
Para contextualizar, Úrsula es profesora de Ed. Física de la Universidad de Antofagasta. Fue en aquella misma casa de estudios donde comenzó a dar sus primeros pasos en el rugby como jugadora a principios de los 2000’s. “Cuando empezamos a jugar había super poco desarrollo del rugby femenino en Chile”, señala la entrenadora quien también conformó parte de las jugadoras que dieron origen al club de Garumas. “Fuimos por varios años campeonas nacionales (…) alcanzamos a jugar un par de temporadas de XV, como universidad; después como club, comenzamos a jugar Seven (…) allí se dio la oportunidad de participar del primer sudamericano donde participé junto a la mayoría de mi equipo”.
“Me encantó la enseñanza del rugby, sobre todo desde mi perspectiva de la pedagogía, por lo que comencé a especializarme en la preparación física de las jugadoras, y de a poco comencé a participar de otras capacitaciones”, señaló Álvarez. También participó en el proyecto de la cancha Las Almejas; “al participar dentro del proyecto y en la constitución de este, me adentré en administración deportiva y me quedé trabajando como directora deportiva de la asociación” comenta Álvarez, agregando que “una vez logrado el proyecto de desarrollo del rugby, pudimos traer a Rafael Torres como Head Coach de la Asociación (…) hicimos muchas capacitaciones y giras, y pudimos jugar varios torneos con el equipo masculino. En mi caso, como era manager del equipo, fui parte de todo el proceso, por lo que pude trabajar a la par con Rafael desde lo administrativo, metiéndome de a poquito en los aspectos técnicos del rugby, en primer lugar, como referee y, posteriormente, iniciándome como entrenadora”. Para Álvarez, asumir como entrenadora de Garumas “fue un gran cambio ya que pasé de ser jugadora, una más del equipo, una amiga; a ser una entrenadora…ese cambio fue lo que más me costó en un inicio”.
¿Cuál es tu diagnóstico de la selección femenina?
“Desde mi punto de vista, como invitada a participar del staff de la selección como parte del proceso de mi formación como entrenadora de rugby XV de SAR, puedo destacar que me encontré con un grupo con una formación super buena. Me tocó un grupo maduro donde la mayoría llevaba más de un proceso de selección (…) las condiciones de este año no fueron las óptimas para desarrollarse de mejor forma (…) hay que considerar que las jugadoras se juntaron 5 días antes en una concentración con Edmundo Olfos, donde la mayoría fueron test físicos. (…) En general es un super buen grupo que tiene muchas condiciones con mucho potencial para crecer, cuando las condiciones de trabajo vuelvan a ser óptimas”.
Pensando en el mediano-largo plazo, ¿Cuáles son tus objetivos?
“En el mediano plazo me gustaría mantenerme con las chicas, estar a la par de Edmundo Olfos, para poder aprender más y absorber la experiencia de los grandes entrenadores que tenemos en el medio nacional. (…) La teoría sirve mucho, pero en la práctica es otra la realidad y eso es impagable, teniendo a alguien como Edmundo a tu lado. Me gustaría mantenerme, seguir trabajando y estudiando; dos cosas claves para poder llegar en el largo plazo ser la primera entrenadora del seleccionado de XV. Acá en Antofagasta ya estamos trabajando en generar un seleccionado y esperamos tener resultados pronto».
Personalmente, ¿Por qué es importante que una mujer asuma la dirección técnica de un seleccionado?
“Es super importante que se den las oportunidades para el desarrollo de las chicas. Hay un montón de entrenadoras a lo largo de todo Chile, que han podido absorber muchas habilidades y conocimiento para entregar al medio local. (…) La oportunidad de desarrollar mujeres en los cargos de entrenadoras es algo que nos hace bien a todas ya que nos permite crecer no solo como jugadoras, sino que nos hace crecer en materias de staff… hay preparadoras físicas, hay kinesiólogas, hay dirigentes; todas muy buenas. Es importante que podamos insertar a la mujer en cargos más importantes ya que finalmente somos nosotras quienes tenemos que preocuparnos de hacer crecer nuestros torneos y nuestro rugby. (…) Es clave que existan mujeres en cargos importantes para poder motivar a nuevas mujeres en el rugby, que quieran estar y que quieran dedicarse a nuestro deporte”.
“También hay que destacar el trabajo del comité del rugby femenino, integrado por jugadoras que vivieron ciclos de rugby completo y que ahora están poniendo puntos importantes en la discusión del desarrollo del rugby femenino. Es una pega super importante y que hacía falta en Chile. (…) Nos falta darle importancia a poder levantar las categorías menores y poder apostar al desarrollo de jugadoras a largo plazo, de forma tal que una jugadora pueda llegar a un seleccionado con 10 años de formación deportiva en el cuerpo, cosa que haría una gran diferencia para el rugby en Chile. Hay que enfocarse en ello, hacer planes de desarrollo, programas de captación y, en paralelo, hay que mantener a las jugadoras activas muy insertas para que puedan mantener la motivación dentro del rugby femenino. Debemos luchar todas ello, porque cuando lo logremos vamos a poder hablar de otra cosa en lo que respecta a competencias y resultados”.
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