
Desde ayer viernes se vivió la jornada final del Sevens olímpico en Tokio 2020. Las definiciones de los puestos y una que otra sorpresa nos dejaron los últimos 10 partidos del rugby en la cita olímpica, que esta vez entregó el oro a las neozelandesas, la plata a francesas y el bronce al cuadro fijiano.
Todo comenzó el viernes a las 20:00 hrs. con la disputa del onceavo lugar entre Brasil y Japón donde, tras un primer tiempo muy igualado que concluía con una victoria parcial por 14 – 12 a favor de las sudamericanas, el segundo tiempo se mantendría con una disputa palmo a palmo. y no sería hasta 20 segundos antes del final que las brasileras lograrían anotar el try que les entregaría la plaza. Luego, la definición del noveno lugar, tendría a Canadá frente a Kenia, en un partido dominado por las norteamericanas que lograron imponer buen ritmo de juego durante todo el encuentro para abrochar una victoria por 24 – 10 ante las keniatas.
La disputa del quinto lugar tendría por un lado a Australia, que venían de caer en cuartos de final ante Fiji, frente a un Comité Olímpico Internacional (COI) que no logró controlar la velocidad del juego de las australianas que vencerían por 7 – 35. En la otra llave, Estados Unidos golpeó fuertemente al representativo de China que, si bien extremó recursos defensivos, nada pudo hacer ante el categórico 33 – 14 que entregó la victoria a las norteamericanas. En las definiciones de la categoría, pese al buen comienzo de las rusas, participantes bajo la bandera del COI, las chinas saldrían a dar vuelta el encuentro durante la segunda mitad, basándose en buen juego y velocidad en el ataque, cosa que sentaría el 10 – 22 con el cual las asiáticas se quedarían con el séptimo lugar. El quinto lugar quedaría en manos de las australianas que mostrarían lo mejor de su juego ante un equipo estadounidense que no logró resolver defensivamente frente a las oceánicas, cayendo por 17 – 7 ante las campeonas olímpicas de Río 2016.
En la disputa de medallas, un partido de infarto se vivió en la llave oceánica donde neozelandesas y fiyianas se encontraron en un duro partido, probablemente tanto o más intenso que la final de torneo. En dicho encuentro, Nueva Zelanda arrancó con un temprano try, antes de los 2 minutos del encuentro. Esto sirvió como balde de agua fría sobre el cuadro de Fiji que presentó una defensa impecable, logrando ponerse arriba antes del minuto 4 de partido. Pese a la leve ventaja, las neozelandesas no cedían, en un partido de alto contacto físico. Para las fiyianas, el segundo tiempo arrancaría de mejor manera con un try al minuto de arrancada la segunda mitad, pero las ‘Black Ferns’, empatarían al minuto 8, poniendo la tensión de cara a los últimos pasajes del encuentro. Poco después, con 13:38 minutos en el cronómetro, Nueva Zelanda marcaba un agónico try que las dejaba arriba y que entregaba la aparente victoria a las chicas de negro. Sin embargo, Fiji jugando con los últimos restos físicos, forzó el cronómetro casi 2 minutos más hasta encontrar el try del empate, lo que llevó a que el encuentro tuviese que decidirse en el alargue. La prórroga, marcada por las muestras físicas de cansancio de ambos conjuntos, se definió al minuto 2 donde, tras una desinteligencia defensiva en la base del ruck, entregó el espacio suficiente para que Nueva Zelanda avanzara firmemente al ingoal y a la final del torneo.
Por el lado de la llave europea, las francesas, que se habían clasificado al torneo en instancias de repechaje en el torneo de Mónaco de este año, comenzaban con el acelerador a fondo, sorprendiendo al equipo británico en un primer tiempo donde, lograrían ponerse arriba en el marcador por 12 – 21, ante un cuadro de Gran Bretaña que poco a poco trataba de retomar su ritmo de juego. No obstante, la envergadura física y el juego propuesto por Francia, frustró gran parte de las acciones de las británicas que, por más que trataba, no lograba romper una defensa azul potente físicamente e intratable por el lado abierto de la cancha. Con todo ello, a solo 3 minutos del final, las anglosajonas lograrían apretar el marcador con un try convertido, forzando a Francia a volcarse en mantener su ventaja, que habían aumentado su marcador apenas iniciado el segundo tiempo. Y así, con un ir y venir muy físico, con algo más de resto físico, Francia lograría mantener su ventaja, asegurando su paso a la final por 19 – 26.
La disputa del bronce enfrentó a Fiji con Gran Bretaña, donde Fiji golpeó desde el primer momento con su velocidad y fortaleza física, imponiéndose con 2 tries en la primera parte, sin embargo, no contaban con la cabeza y fortaleza británica que, con el tiempo cumplido y llevando a jugarse casi 3 minutos más de alargue del primer tiempo, lograrían un try para irse al descanso con un parcial de 14 – 5 en favor de las oceánicas. Fiji, que no renunció a su fórmula, asestó un nuevo try en la medianía del segundo tiempo, sin bajar la intensidad de su juego ante las británicas. Por su parte, estas tampoco renunciarían a lograr encontrarse con el try, cosa que llegaría a los 12 minutos, y que hacía soñar al cuadro europeo con dar vuelta el marcador. A pesar de ello, y pese a agotar los cambios por ambas partes, el partido no logró moverse en acciones importantes, dado el importante freno que ambos equipos propusieron con un juego muy físico. 21- 12 sería el marcador final que entregaría la presea de bronce al cuadro fijiano, ratificando por qué son uno de los países más importantes de la modalidad reducida del rugby.
La final enfrentó a Nueva Zelanda con Francia, escribiendo un nuevo capítulo en la larga historia de rugby entre estos dos países. Si bien ambos equipos llegaban extenuados por las últimas jornadas, el juego visto en cancha era de primer nivel. Pocos errores y mucho volumen de juego, tanto ofensivo como defensivo, fue lo propuesto por ambas escuadras. Con ello en mente, el juego se mantuvo parejo en el arranque del encuentro, con un try por lado y sin diferencias tan abismales en lo mostrado en cancha. Sin embargo, las neozelandesas serían las que lograrían amarrar el partido, marcando una clara ventaja desde el minuto 6 de partido, cerrando la primera mitad por un 19 – 5. Francia, sin renunciar al juego mostrado durante el torneo, sabía que era clave no dejar espacios a que las oceánicas ampliaran tanto el marcador, por lo que rodeando el minuto 9 de partido, lograrían un try convertido para ajustar el marcador y quedar a pocos puntos de distancia del representativo neozelandés. Las kiwis tuvieron que volcarse a materias ofensivas, logrando el try definitivo en el minuto 11 de partido, lo que ya comenzaba a ponerle punto final al Seven olímpico. Los últimos 3 minutos si bien tuvieron a las francesas buscando algo más, el desgaste físico y el buen juego neozelandés les negó el acceso al oro que quedó en definitiva en manos de las ‘Black Ferns’.
Así, Tokio 2020 se despide con Nueva Zelanda con el oro, Francia con la Plata y Fiji con el bronce, cerrando así el segundo Sevens olímpico, desde la vuelta del rugby al evento deportivo, que fue en Río 2016. Solo resta esperar 3 años más para que volvamos a disfrutar de los Juegos Olímpicos, en dicha ocasión, Paris 2024.
Fotografía: World Rugby
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