Desde que comenzó el proceso de reactivación en ARUS, Los Lobos ha sido uno de los equipos más destacados de la competencia, sumando victorias en casi todos sus partidos tanto amistosos como oficiales. Sin embargo, más allá de los resultados, lo que ha llamado la atención es su “estilo relámpago”, y un sello distintivo que los hace diferenciarse del tradicional estilo sureño, una concepción que nace a través del trabajo del cuerpo técnico, y que buscará continuar potenciándose tras el viaje de su Head Coach al viejo continente para compartir con algunos de los máximos exponentes del planeta con el objetivo de pulir su idea de un rugby que revolucione el sur.
Esta travesía se gestó a través de Sudamérica Coaching, específicamente por medio de su director, Juan González, con quien Alegría ha llevado un trabajo constante, llegando a progresar hasta el punto en que la entidad sudamericana le extendió una invitación para sumarse al viaje a Europa.
Alegría destaca que en esta aventura tuvieron “actividades de distinta naturaleza, pasando por distintos clubes, desde el amateurismo en Italia, hasta la primera división profesional de Italia, y además pasé por el nivel de colegios, universidades y además la Premier League en Inglaterra, donde estuvimos en Northampton con Saints, trabajando, viendo, aprendiendo, conociendo”.
Además, agrega que lo marcó mucho “darme cuenta que el caos es parte esencial del aprendizaje, la tasa de transferencia de los facilitadores a los entrenadores se da en la medida en la que ellos son capaces de tomar decisiones, resoluciones, que ellos son capaces de decidir y hacer el entrenamiento, que un entrenamiento no sale bien cuando el ejercicio sale perfecto, sino que un gran entrenamiento se da en relación a cuando ellos se equivocan y toman decisiones que los permiten salir de esa equivocación”, algo que, reconoce, ha cambiado su forma de entrenar por completo.
Entre las cosas que más rescata de este viaje, el líder de Lobos resalta que entendió que el aprendizaje de los jugadores viene del entorno y hay que “permitir que ellos tomen las decisiones, porque son ellos los que deciden cómo jugar, y que uno como entrenador solamente facilita el entorno en el que ellos tienen que aprender”.
A esto suma que “la tasa de transferencia de conocimiento es absolutamente mayor cuando ellos se divierten, cuando juegan, cuando compiten, cuando en definitiva lo van a pasar bien en el entrenamiento, cuando son ellos quienes definen cuales son las jugadas que van a hacer o cómo las van a hacer, y uno solo va, insisto, interviniendo el entorno para que ellos puedan tener un mejor desarrollo”.
Cada uno de estos detalles, asegura Alegría, le han servido para pulir su juego, pero incluso apuntando más que a los temas técnicos al ser consultado sobre su aprendizaje, Mario se refiere a la concepción sobre cómo construir, al foco de que las maneras son lo más importante, el forjar la capacidad de decisión y un espíritu de cuerpo que sea capaz de desarrollar fluidez para que cada individuo en el quince construya el colectivo y así llegar al dinamismo que transforme a Los Lobos más allá de un juego relámpago, en una tormenta que sacuda la concepción del rugby sureño hacia la intensidad y ritmo más alto posible.
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