Muchos entrenadores comprenden el desarrollo progresivo de las técnicas individuales en el rugby. Si se tienen en cuenta los patrones de progresión desde los 10 años de edad se hace de forma simple.
Ahora, qué ocurre antes de los 10 años? Cómo podemos ayudar a que los niños sigan mejorando?
Sin lugar a dudas, se sugieren las actividades jugadas. Divertirse hace que los niños se sientan cómodos en el lugar donde practican y eso permite que los aprendizajes propios del rugby se realicen en un ámbito propicio.
Antes de los 10 años de edad y en pleno crecimiento, es bueno enseñar y practicar de forma jugada las denominadas formas básicas de movimiento.
Debemos ayudar a que los pequeños jugadores puedan saltar, correr, lanzar, etc de distintas maneras y formas y con distintos elementos. Todas éstas formas serán la futura base para poder enseñar las destrezas de las que tanto se habla en edades pre adolescentes y adolescentes.
Se deben entender por habilidades motoras básicas, todas las formas de movimientos naturales que son necesarias para la motricidad humana (el movimiento en sí mismo), que sirven de base y sustento para la motricidad fina y para la adquisición de destrezas posteriores y mucho más complejas.
Es necesario fomentar, sobre todo a través de actividades jugadas, el desarrollo y dominio correcto de las habilidades básicas como: saltar, correr, caminar, etc., ya que constituyen la parte esencial y básica de la motricidad general, y así poder llevar a cabo juego, las más específicas. Esto permitirá en el desarrollo del niño la adquisición de los objetivos que serán de mucha utilidad en el rugby infantil.
Las actividades que se les proponen a los niños menores a 10 años pueden incluir:
– Habilidades locomotrices: movimientos que tienen como objetivo principal llevar al cuerpo de un lado a otro del espacio. Como por ejemplo: caminar, correr, saltar, deslizarse, rodar, trepar, etc.
– Habilidades no locomotrices: su característica principal es el manejo y dominio del cuerpo en el espacio. Como por ejemplo: balancearse, inclinarse, estirarse, girarse, empujarse, levantarse, colgarse, equilibrarse, etc.
– Habilidades de recepción: se caracterizan por la proyección, manipulación y recepción de pelotas y objetos. Como por ejemplo: lanzar, golpear, batear, atrapar, rodar, etc.
Juan Casajús
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