Irlanda y Sudáfrica, los dos mejores equipos del mundo en el ranking de la World Rugby se vieron las caras en la tercera fecha de la fase de grupos, dando pie a uno de los partidos más emocionantes de Francia 2023, en un choque titánico que fue definido por una mínima diferencia y mantuvo la incógnita viva hasta los últimos instantes.
Irlanda y Sudáfrica: choque de élite
El duelo comenzó con una ofensiva inmediata, como señal de que los dos elencos iban a competir con todo lo que tenían. Irlanda salió a buscar el primer try insistentemente, ahogando a los sudafricanos con un ataque constante, forzando a que Sudáfrica tuviera que llevar su concentración defensiva al extremo.
Los Springboks superior ser firmes en defensa y cuando la posesión estuvo en sus manos, los sudafricanos pasaron en segundos a penetrar hacia el ingoal rival, siendo frenados pero no detenidos, instalando su ataque en el área del Trébol, estableciendo un partido rápido desde ambos bandos.
Sudáfrica dió el primer golpe del partido. A diferencia de Irlanda, apenas tuvo un penal a su favor, ni siquiera miraron a las bandas y decidieron apostar por el disparo a la H, adelantándose 3-0 en el marcador.
Irlanda no se vino abajo y se arrojaron a presionar a una sólida Sudáfrica que se imponía en el robo de los lines. Las manos de los jugadores volaban a la hora de pasarse el balón y los tackles parecían verdaderos impactos de tren. Relucía que se estaban enfrentando los dos primeros lugares del ranking de la World Rugby.
Formaciones sudafricanas vs dinamismo irlandés
El fantástico juego de manos irlandés los llevó a una jugada explosiva de pases en que quedaron a un metro del try, pero los sudafricanos consiguieron recuperar la ovalada en la agonía.
No obstante, Sudáfrica se estaba imponiendo en todas las formaciones. Eran amos y señores de line y scrum, sacando ventajas a una Irlanda que apostaba por la movilidad frente a la potencia de los campeones del mundo.
Los Springboks comenzaron a crear ocasiones más claras, instalándose en las 22 de Irlanda y siendo claro dominador del partido. Pero Irlanda conseguiría contragolpear entrando a la media hora de juego y tras largas insistencias acabaron conquistando el try de Mack Hansen a los 33 minutos, que los ponía por delante en el marcador 3-7 tras la conversión de Johnny Sexton.
El segundo tiempo siguió exhibiendo un duelo sumamente reñido entre las dos escuadras más poderosas de los últimos años. Sudáfrica estuvo cerca de sumar con un penal fallado por Faf de Klerk, que impactó en el poste, y los irlandeses recuperarían la posesión.
Finalmente los Springboks anotarían su primer try a los 50 minutos, recuperando la ventaja 8-7 con el ensayo de Cheslin Kolbe.
Johnny Sexton le devolvería la delantera al Trébol extendiendo sus cifras como el máximo anotador en la historia del rugby irlandés con un penal al 58’, que adelantaba a la escuadra europea 8-10.
Los sudafricanos tendrían otra oportunidad para adelantarse en el marcador con un penal, pero Manie Libbok falló su tiro a los palos a los 64′. Dos minutos después lo intentaría Faf de Klerk por la misma vía, pero la ovalada se iría fuera de la H.
Dos puntos
Desde una mirada superficial, Sudáfrica estaba siendo superior en el partido, pero no conseguía anotar, y los irlandeses tampoco dejaban espacios para que pudieran superar su defensa. La ventaja de 2 puntos les estaba alcanzando y los Springboks no encontraban la manera de remontarlos. Comenzaba a notarse, poco a poco, que su ansiedad estaba creciendo por esos dos diminutos puntos que se hacían gigantescos a medida que avanzaban los segundos, incluso para un equipo sudafricano que venía de marcarle 76 a Rumania.
El XV del Trébol estaba enfocado. Sabían lo que tenían que hacer y defendieron su diferencia que todas sus fuerzas, pero tal como para Sudáfrica esa distancia parecía eterna, en el caso de los irlandeses tenían claro que eran puntos dorados, pero demasiado cortos para darse cualquier margen de error.
Dos puntos. Solo dos puntos distanciaban a la Sudáfrica que seguía apostando por su poderío en las formaciones para instalarse en el campo irlandés, del Trébol que esperaba en el gramado, como un depredador acechando a su presa, para lanzarse por la ovalada y arremeter con furia hacia el ingoal de su oponente.
Cinco minutos en el reloj y dos puntos de diferencia en el marcador. Irlanda tenía la posesión y Jack Crowley buscó un drop goal que pareció pésimamente ejecutado. La ovalada cayó debajo de la H, dando botecitos que simplemente fueron escoltados por la mirada sudafricana. Sin embargo, el balón era de los irlandeses: la caprichosa dueña de este deporte había sido tocada por uno de los Springboks, decretando que Irlanda tendría una ocasión de reiniciar el juego a metros del ingoal sudafricano.
Tik tok. Dos scrum, dos puntos, dos errores de Sudáfrica que cargaba antes y 4 minutos restantes. El árbitro cobró la falta para Irlanda y la decisión fue clara: penal de Jack Crowley directo a la H para dejar el marcador 8-13 cuando caía el 77′. Obligaban a Sudáfrica a ir por el try en los últimos 180 segundos de partidos. Ya no había drop ni penal que pudiera rescatarlos, solo un ensayo para el que los irlandeses se cerrarían con fiereza.
Irlanda conquista la victoria
Sudáfrica intentó, pero no consiguió superar la aguerrida defensa de una Irlanda que festejó al oír el pitazo final que los declaraba como vencedores en el choque ante los Springboks, vigentes campeones del mundo, número 2 del ranking de la World Rugby, y uno de los principales candidatos a llevarse la corona en Francia 2023.
El duelo de candidatos quedó en las manos del XV del Trébol y demostró a todo el planeta no solamente por qué son los número 1 del ranking de World Rugby, sino que vinieron a Francia 2023 a hacer historia y luchar hasta el final por su primera Copa Webb Ellis.
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